Derechos de autor en redes sociales ¿Cuál es el límite?
Lo que incomodó de esa práctica, fue que los vídeos e imágenes no fueron compartidos, anunciando los correspondientes créditos de autor en redes sociales. No se mencionaba la fuente, ni su creador. Es más, se tomaba ventaja de la función de “subir vídeo” en Facebook para, luego de descargar el material del sitio donde fue publicado originalmente, guardarlo directamente en ese perfil social. Ello, en lugar de utilizar los enlaces que, por ejemplo, Youtube o Vimeo brindan para difundir por Internet su contenido.
Esto significa que, cuando alguien ve el vídeo, su autor no recibe ningún tipo de crédito por el número de visitas que reciba su producto, sin importar en que plataforma de vídeos lo haya guardado originalmente. En su lugar, la persona que lo descargó de allí, lo subió a Facebook directamente y lo compartió, es la que recibe el crédito por la popularidad de lo publicado.
Tomemos en cuenta que, en la Internet de hoy en día, la popularidad es la moneda. Obtener un gran número de vistas, puede construir una reputación, popularidad online y seguidores. Ese es el valor que afecta el tipo de actitud de la que hablamos y lo que suele molestar al autor en redes sociales.
A pesar de los controles que existen en Facebook, todavía es muy común esta práctica de subir archivos “como si fueran míos”. Sumado a esto, la red social da más visibilidad a aquellos contenidos que son directamente subidos, por considerarlos originales, sin mencionar que se muestran de mayor tamaño y reproducen automáticamente. Esto resulta, irremediablemente en una mayor exposición, aumento en la cantidad de vistas, incremento en la popularidad, más clics compartiéndolo, y la rueda sigue girando.
Todo esto, puede derivar en discusiones legales sobre derechos de autor en redes sociales que vamos a evitar. Lo cierto es que, si el video tiene la opción de compartir activada, nada tiene de malo enviárselo a otros para que también disfruten de lo que nos gusta. Pero, descargarlo para subirlo en otras plataformas, a sabiendas de que eso cambiará al destinatario del crédito por su popularidad, puede ser considerado algo éticamente pobre.
Actitudes para evitar problemas de derechos de autor
En cualquier caso, existen dos actitudes que pueden ayudar a no caer en este aparente limbo de conductas y te asegurarás de compartir algo de un modo tan ético que te permita hacer amigos, dejando a los abogados lejos de tu perfil:
1. Ponte en los zapatos del creador del contenido
Compartir está muy bien, pero sólo si no haces daño al autor original, en el proceso. Si fueras tú, quien montara originalmente el vídeo y vieras que tu trabajo de tanto tiempo y dinero, está siendo compartido por otro, sin mencionarte. ¿serías feliz? Posiblemente. Pero seguramente algún autor en redes sociales, no. Dejemos que aquella frase, “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan” sea nuestra guía.
2. Atribuye el contenido
Mencionando al creador de un vídeo, colocando un enlace a su canal, blog, o perfil social, es una gran muestra de respeto. Reconoces así la contribución que hace el autor con su trabajo, y puede ser tan bien recibido como un aplauso. Más importante aún, habrás conseguido un nuevo amigo. Porque, después de todo, no somos celebridades. Necesitamos construir puentes con otras personas. Cuando aquella persona, o su compañía, vean que compartiste lo que hicieron y los mencionaste, créeme, se sentirán alagados y comenzarán a verte a ti y tu empresa, de otro modo.
Preocupándote por cómo puede sentirse el autor en redes sociales y dándole el crédito que se merece, estarás en la cumbre de las buenas prácticas y la ética, en las redes sociales.
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