En este sentido
La puesta en marcha de una empresa requiere que, desde el principio, nos convirtamos en gestores económico, financieros, de recursos humanos, y grosso modo, ser el sistema operativo que una todas las partes en una maquina aceitada con un objetivo claro. En este artículo, te hablaremos de algunas decisiones difíciles que debes tomar, y cuáles errores comunes debes evitar a toda costa:
Socios de inversión y fuentes de ayuda
Ningún emprendedor nace aprendido, y especialmente si es tu primera tentativa de tener una empresa propia, no puedes bajo ningún concepto desmeritar la ayuda, tanto financiera u operacional, que puedes alcanzar. Los coach y consultores empresariales son una buena ayuda, pero si no puedes permitírtelos en el presupuesto, como ocurre usualmente en la puesta en marcha de una empresa, entonces está atento a cualquier sugerencia que pudiera presentar una mejora en los procesos del negocio. Ahora bien, en cuanto a la elección de tu equipo de socios, es importante que no solo tengas en cuenta el aporte de capital que pudieran realizar. Esto es sin duda de suma importancia, pero un desembolso masivo de dinero no compensa la inexperiencia, o directamente la falta de aptitud. Lo que quieres es un equipo de capacidades integrales y complementarias, con las habilidades e inteligencia necesaria para llevar a buen puerto tu iniciativa.
El liderazgo
En la puesta en marcha de una empresa, el liderazgo y los roles y funciones deben quedar transparentemente claros desde el principio. Debe existir un líder claro, y el resto de socios deben repartirse las funciones de acuerdo a sus experiencias y capacidades. De lo contrario, puede suceder que nadie haga nada porque siempre la responsabilidad es del otro o que todos se concentren en hacer las mismas cosas. La espina dorsal de nuestra estructura organizativa debe quedar definida, para evitar confusiones que pudieran interrumpir el nacimiento de nuestra compañía.
Definir los valores y fundamentos
En la puesta en marcha de una empresa es imprescindible determinar cuáles son los principios éticos que fundamentarán el trabajo de todos. Es vital que todos estén en la misma página y compartan la misma visión de hacer las cosas. Desde un momento se debe dejar en claro que la ética es la piedra angular en cada toma de decisiones, pues no te extrañe que en tu camino de emprendimiento te encuentres cada cierto tiempo con gente que no dudaría en tomar acciones cuestionables a cambio de más ganancia y poder.
Definir las necesidades iniciales
Nunca antes en la historia de los negocios y el comercio, la puesta en marcha de una empresa podía tomar caminos tan distintos. En cualquier caso, necesitas tomar decisiones respecto a tus necesidades reales para comenzar a operar. ¿Realmente necesitas una oficina física, o tener un negocio online es una opción viable y más beneficiosa? ¿Cuánto personal requieres y puedes permitirte? ¿Qué implementos tecnológicos, herramientas, maquinarias te son absolutamente necesarios?; no puedes dejarte cegar ni por el entusiasmo ni por el pesimismo. Fríamente calcula qué es lo que necesitas, y qué cosas pueden esperar algo más para ser adquiridas.
Decide si tu plan de empresa es factible
El plan de empresa o negocio es el verdadero punto de partida de tu compañía. Es donde se definen y expresan los principales elementos de la puesta en marcha de una empresa, y es la guía o mapa de ruta sobre el cual nos apoyaremos en los meses de inicio de operaciones, que son siempre los más complicados. Ahora bien, una vez que ya hayas elaborado tu plan, no temas pedir opiniones externas y meditar sobre ello. ¿Has llegado aquí por inercia, por no querer que se desperdicien todos los esfuerzos previos o de verdad crees en tu idea? Finalmente, quizás quieras volver a revisar el apartado de presupuesto, ¿has determinado un presupuesto para imprevistos? De no ser así, deberías.
Para finalizar, ten en cuenta que la puesta en marcha de una empresa puede ser un proceso en el cual, a pesar de que todas las piezas se alineen como debieran, aún así pudiéramos tener serias dudas sobre su capacidad de éxito. Es completamente normal, pero tampoco conviene dejarse llevar por malos pensamientos o ideas infundadas que menoscaben el nacimiento de nuestro sueño empresarial.
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