¿De qué trata el riesgo en el mercado de valores?

Se trata de aquellas situaciones que afectan en el saldo monetario de la empresa. En algunos casos, estos pueden estudiarse y evaluarse para mitigar o evitar su impacto, además de las consecuencias negativas que puedan generar. Por lo tanto, se podría decir que estudiar el riesgo en el mercado de valores, es una acción constante y perdurable. Puesto que hoy en día los avances, modificaciones y mejoras en los diferentes sectores han cambiado su forma de operar.

De igual manera, otra de las causas más comunes en este ámbito, son los avances tecnológicos, la digitalización y la transformación digital. Los cuales de forma directa o indirecta han logrado que, las plataformas, sitios web, software y dispositivos sean cada vez más sofisticados. En consecuencia, el mercado de valores se ve afectado por la misma razón.

No obstante, muchas veces esto se puede prevenir y establecer un plan de acción al mismo tiempo, donde la empresa pueda adaptarse oportunamente a dichos cambios. De allí, la importancia de mantener un equipo que se mantenga en sintonía con las tendencias y los movimientos del mercado. Igualmente también se han creado diferentes técnicas, para calcular, medir y mejorar cada vez más las estrategias.

Tipos de riesgo en el mercado de valores

Dentro de toda empresa, es necesario calcular cuáles son aquellas amenazas o sucesos que podrían afectar a las inversiones. Es por lo que, para mejorar dicho proceso y su impacto, se dividieron los tipos de riesgo de la siguiente manera:

Cuantificables:

Se refiere a aquellos riesgos que a través de fórmulas y técnicas se pueden prever.

Riesgo de mercado:

Son los movimientos en el precio del activo, que afectan posteriormente a la inversión realizada. Por ejemplo: los cambios en la economía, genera una desvalorización de los bienes de la empresa.

Riesgo de liquidez:

Sucede cuando no es posible obtener la inversión estimada, debido a factores o situaciones externas.

Riesgo de crédito:

Ocurre cuando el deudor no cumple con sus obligaciones, por lo tanto, ocasiona un desajuste en el saldo de la empresa. Ya sea fallando en los pagos o realizando un incumplimiento del contrato.

Tipos de riesgo en el mercado de valores

No cuantificables:

Son aquellos que no se pueden prever ni medir fácilmente, pues surgen tras los eventos y sucesos.

Riesgo legal:

En este caso, los que intervienen son sucesos y dificultades a nivel legal. Estos retrasan o interfieren en la realización u obtención de la inversión.

Riesgo operativo:

Ocurre cuando los fallos internos en la empresa repercuten negativamente en el desarrollo de los productos y servicios, ocasionando pérdidas económicas.

Riesgo estratégico:

Se debe al incumplimiento por parte del equipo de la empresa en sus responsabilidades, afectando negativamente al logro de los objetivos y, por ende, a las inversiones.

Riesgo reputacional:

Es generado por publicidad negativa, que anula el prestigio de la empresa o la marca. En consecuencia, se crea una mala imagen que le resta confianza, generando a su vez pérdidas económicas.

Por lo general, los dos últimos riesgos no son hechos estimados por los inversionistas, puesto que son parte de la responsabilidad de los trabajadores de la empresa.

Consecuencias del riesgo en el mercado de valores

Aunque las pérdidas monetarias son la primera opción cuando pensamos en consecuencias, puede que esto vaya un paso más allá. Los riesgos dependiendo de su magnitud pueden afectar de diferentes formas a una empresa, por ejemplo:

  • Pérdidas del capital.
  • Bajas ventas.
  • Perder la confianza de los clientes y los consumidores hacia la empresa.
  • Cambios en la estructura y manejo interno.
  • Despido del personal ejecutivo.
  • Reducción del personal.
  • Deserción de los inversores.
  • Cierre de la empresa.

¿Cómo mejorar el panorama ante dichos riesgos?

Como emprendedores o empresarios, deseamos que los riesgos no amenacen nuestra empresa. No obstante, esto no es del todo posible, a pesar de que estemos muy preparados. De la misma manera, los imprevistos pueden sorprendernos en cualquier momento. Aún así, es importante resaltar que la mejor forma de evitar la probabilidad de que las consecuencias anteriormente mencionadas sucedan, existen opciones. A continuación, te brindamos 7 consejos para mitigar el riesgo en el mercado de valores:

  1. Estudia los posibles inconvenientes o riesgos que puedan afectar a tu empresa.
  2. Crea un plan de acción ante dichas situaciones, de forma hipotética, pero basado en los recursos y posibilidades de la empresa.
  3. Revisa el plan constantemente ante nuevas variables o cambios en los riesgos.
  4. Acude a un experto que pueda realizar una correcta evaluación de riesgos que te ofrezca asesoría para tus inversiones.
  5. Examina los riesgos antes de invertir.
  6. Supervisa y monitorea las acciones de tu personal encargado en el movimiento del mercado de valores, para comprobar que todo marche bien.
  7. Evalúa el rendimiento de tus inversiones, en busca de irregularidad, inconvenientes y mejoras por aplicar.

Preguntas frecuentes

 

El riesgo en el mercado de valores se refiere a la posibilidad de que los inversores pierdan dinero debido a fluctuaciones en los precios de las acciones, bonos o cualquier otro tipo de activo financiero. Este riesgo puede ser provocado por factores internos, como el rendimiento de una empresa, o externos, como cambios económicos o políticos.

 

Existen varios tipos de riesgo en el mercado de valores, entre los más comunes están el riesgo de mercado, el riesgo de crédito, el riesgo de liquidez, el riesgo de tasa de interés y el riesgo de divisa. Cada uno de estos tipos de riesgo puede afectar el valor de las inversiones de manera diferente.

 

Las consecuencias del riesgo en el mercado de valores pueden incluir pérdidas financieras significativas, que afectan a los inversores tanto a nivel individual como institucional. La volatilidad extrema puede llevar a una pérdida de confianza en los mercados y provocar una fuga de capitales o una recesión económica.

 

Para mitigar los riesgos en el mercado de valores, los inversores pueden diversificar sus carteras, usar herramientas de cobertura como opciones o futuros, realizar un análisis exhaustivo de los activos y mantener una estrategia de inversión a largo plazo. Además, es esencial mantenerse informado sobre las condiciones del mercado y las políticas económicas.

 

El riesgo de mercado es la posibilidad de que los precios de los activos financieros cambien debido a factores económicos o de mercado. Para mitigar este riesgo, los inversores pueden diversificar su portafolio, invertir en activos que se comporten de manera diferente ante fluctuaciones del mercado y utilizar seguros financieros.

 

El riesgo de crédito se refiere a la posibilidad de que una empresa no pueda cumplir con sus obligaciones financieras, como el pago de bonos. Los inversores pueden mitigar este riesgo invirtiendo en instrumentos de deuda con una alta calificación crediticia o mediante la diversificación en diferentes emisores.

 

El riesgo de liquidez es la dificultad de vender un activo sin afectar significativamente su precio debido a la falta de compradores. Para manejar este riesgo, los inversores deben asegurarse de invertir en activos que se negocien de manera activa en el mercado y mantener un equilibrio entre activos líquidos y no líquidos en su portafolio.

 

El riesgo de tasa de interés afecta principalmente a las inversiones en bonos. Cuando las tasas de interés suben, el valor de los bonos existentes generalmente baja. Para mitigar este riesgo, los inversores pueden optar por bonos de corto plazo o aquellos que tengan una tasa fija en lugar de variable.

 

El riesgo de divisas surge cuando hay fluctuaciones en los tipos de cambio. Los inversores pueden protegerse de este riesgo utilizando contratos de cobertura como futuros de divisas o invirtiendo en fondos de inversión que se especialicen en proteger contra la volatilidad de las divisas.

La diversificación es una de las estrategias más efectivas para gestionar el riesgo en el mercado de valores. Al invertir en una variedad de activos, sectores y geografías, los inversores pueden reducir el impacto de la volatilidad de un solo activo o sector en su portafolio, disminuyendo así el riesgo global.