Liderazgo inteligencia emocional: El ABC del trato de tus empleados
Como experto en el liderazgo inteligencia emocional sabes que tener delirios de grandeza está de moda dentro de cualquier compañía y cada departamento dentro de ella. Desde los dueños, Gerentes, administradores hasta los empleados pueden poseer un alto grado de delirio de grandeza. Esto no es algo malo, porque tú no podrás ser nunca grande, si no crees serlo. Por tanto, es clave que les des a tu empleados control sobre su propio destino en la empresa. Existe la gran posibilidad de que, gracias a ello, puedan alcanzar la grandeza.
Cuando veas que un empleado no está satisfecho en su entorno laboral, no des por hecho que está siendo irracionalmente demandante en sus reclamos. En su lugar, haz uso de tus conocimientos en liderazgo inteligencia emocional, e intenta comprenderlo mejor. Muchas veces sus solicitudes pueden parecer delirantes, pero esto sería así sólo si reclamara hacer cosas, o cumplir con metas que no está preparado para alcanzar.
No evites, entonces, a sus reclamos si lo que quieren es control, mejores salarios, clases pagas de yoga, o una oficina propia. Si buscas comprenderlo, y sabes que este empleado podría cumplir con los trabajos que promete, prueba nuevos modos de comunicarte con él. El resultado podría ser positivo en exceso, estarías mejorando el ambiente cultural de tu equipo y todo esto podría devolverte suculentas ganancias, con el tiempo.
Sé un oyente activo
Escucha a tus empleados y sus locas ideas, en lugar de descartarlas de inmediato. Desde el punto de vista del líder que eres, la clave para poder revisar y comentar efectivamente lo que te presentan, es escuchar activamente sus necesidades y preocupaciones. No ayuda en absoluto que seas evasivo. El punto de que un jefe invierta tiempo prestando atención a estos reclamos, es justamente tener herramientas suficientes para estudiar y retroalimentar al equipo con soluciones realistas que pueden ser una variante sensata de aquel “delirio” que nos trajeron en un principio.
Lee entre líneas
Los jefes y administradores tienen que procesar cada idea expresada por sus empleados, para poder digerirlas y comprender por qué ellos harían una petición de ese estilo. Si, por ejemplo, un empleado de 21 años le dice que quiere hacerse cargo de su departamento y liderar al equipo compañeros, trate de comprender los verdaderos motivos detrás de este deseo. ¿Acaso este empleado lo hace porque siente que no tiene suficientes responsabilidades, o que no se lo toma en cuenta? Desmenuza esa idea “grandiosa”, preguntando detalladamente cada aspecto de esa solicitud, alentando al empleado a que hable de sus necesidades y sus sentimientos. Esto te ayudará a decidir cómo cambiar la dinámica con él, de modo que pueda sentirse valorado, y quizás encuentres alguien en quien delegar mayor responsabilidad, obteniendo el mayor beneficio.
Objetivos prácticos
Cuando un tus empleados fijen altas metas, como convertirse en el vendedor supremo, dependerá de ti ayudarlos a convertir esta idea exagerada en algo más realista y dividirlo en tres metas razonables que sean capaces de alcanzar. Los líderes deben empoderar a sus trabajadores y asegurarse que ellos tengan las herramientas para lograr sus objetivos. La responsabilidad de estos trabajadores será tomar el control del camino que les trazaste.
Controles regulares
Los mejores entrenadores, no esperan al final de un juego para evaluar y alentar o corregir a sus jugadores. Tú tampoco lo hagas. Lo que te convertirá en un mejor líder es exigir a tus empleados que implementen revisiones periódicas. Este método les dará claridad en su desempeño y les mostrará qué cosas necesitan todavía para alcanzar sus metas, gracias a los resultados parciales y regulares que vayan obteniendo. Además, este tipo de análisis les permitirá reorganizar los objetivos previniendo errores, lo que redundará en una mayor motivación para tu equipo y una corrección de ruta que los acercará más al éxito.
¿Todo esto te asusta como jefe? No te preocupes. En realidad todo este proceso comienza con una conversación. Es responsabilidad de tu equipo el traer las metas, el plan y plantear las rutas y soluciones. Tu trabajo es monitorear y saber guiar al equipo hacia el Cielo de los Grandes.
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